En consonancia con la entrega de lámparas de bajo consumo a los clientes particulares y su instalación en oficinas públicas, las empresas y fábricas –como las nucleadas en la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), y ADIMRA– también hacen lo propio: siguen los lineamientos de la Unión Industrial Argentina, que recomendó ir mutando en las empresas a lámparas de bajo consumo. La mayoría de las empresas lo está haciendo, aunque por el momento no cambiaron la rutina de trabajo. Los industriales tienen bandas tarifarias y la más económica sigue siendo de 0 a 6.

Todos cruzan los dedos para que no haya un colapso que obligue al Gobierno a ordenar restricciones al funcionamiento de las plantas fabriles como sucedió el invierno pasado.

Sin embargo ya están abriendo el paraguas en alerta a las temperaturas del verano. El presidente de la FISFE, Carlos Capisano, señaló que en el sector se está haciendo lo posible para ahorrar energía y evitar un colapso. “Usamos los aparatos de iluminación que consumen menos en los horarios pico como hacen los usuarios particulares, pero no tiene que recaer todo solamente sobre las industrias porque no somos los únicos consumidores del servicio", dijo el presidente de la entidad.

El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), difundió un estudio realizado por Jorge Fiora en su Centro de Energía. El trabajo demuestra que el plan de canje de lámparas incandescentes por las de bajo consumo, puede permitir un ahorro al gobierno del orden de 1.000 millones de dólares en inversiones.

A diferencia de las lámparas eléctricas incandescentes, las de bajo consumo suministran una iluminación equivalente con un consumo unas 5 veces menor, y constituyen una fuente potencial de electricidad de rápido acceso.

“El uso racional de la electricidad es la principal fuente de energía barata de que se dispone y a la que habrá que echar mano de una manera generalizada para hacer frente a una perspectiva de crecimiento", destacó Fiora.

Ante la queja de los consumidores de que las mismas comercializan en el mercado (todas importadas de China) iluminan poco y duran poco, el INTI realizó una investigación sobre 600 lámparas de 17 marcas. El informe técnico publicado en septiembre de 2006 se explaya acerca de la calidad, durabilidad y seguridad en lámparas de bajo consumo.

El resultado indica que hay lámparas que iluminan menos que lo especificado en los envases; que hay lámparas que duran mucho menos que la cantidad de horas que figura en la caja contenedora; que algunas lámparas no son eléctricamente seguras y podrían ser causantes de incendios tal como se observó en los análisis; y por último con algunas lámparas de bajo consumo se ahorra más energía que con otras (comparando las 17 marcas entre ellas). En general, las lámparas de marca Philips fueron las que dieron mejores resultados.

Mejore la eficiencia energética en su planta

Para determinar y aprovechar las oportunidades de ahorro de energía en su empresa se sugieren los siguientes pasos:
– Identifique qué energéticos utiliza en su empresa.
– Determine cómo mide el consumo y cómo paga su empresa cada uno de estos energéticos: El monitoreo energético y productivo debe entenderse como una parte del monitoreo general de la producción.
– Integre información de diseño de sus procesos, sistemas y equipos:
– Para saber si sus consumos son altos o bajos, compare los índices de consumo de instalaciones con procesos y/o actividades similares a las de su empresa. Por ejemplo, un índice muy utilizado en inmuebles es el de kWh de electricidad por metro cuadrado por año. Otro ejemplo es el de consumo de energía por unidad de producto terminado. Estos índices se pueden obtener de publicaciones especializadas

Los números del consumo

El consumo de electricidad en la Argentina durante 2006 resultó equivalente a una potencia media de unos 10 GW (giga watts o giga vatios), esto es 10.000 millones de vatios (1 GW= 1000 millones de vatios), que es el consumo de 100 millones de lámparas de 100 vatios continuamente encendidas todo un año.
De estos 10 GW, unos 3 GW fueron utilizados por el sector residencial. El consumo de electricidad viene creciendo a un ritmo de entre 6 y 7% anual en los últimos años, equivalente a una potencia media anual de unos 0,55 GW.
Por otra parte, la potencia pico es alrededor de un 74% superior a la potencia media y su crecimiento puede estimarse en 0,96 GW por año, por lo que instalarla implicaría una inversión del orden de 600 millones de dólares anuales.
La potencia pico aumentó en relación a la potencia instalada del 60% al 70% entre 2003 y 2006, pero debe tenerse en cuenta, asimismo, que no toda la potencia instalada esta disponible constantemente y que la generación hidroeléctrica depende de factores climáticos.